En la
educación de los niños y niñas casi
siempre se habla de hábitos. Un hábito no es más que el modo de proceder
adquirido por repetición de actos iguales (rutinas). Su importancia radica en
que van muy ligados a la adquisición de la autonomía, al momento evolutivo de
los niños y a la cantidad y calidad de las normas de los diferentes contextos.
Por eso son de vital importancia.
La alimentación de los niños y las niñas es uno de
los pilares de su desarrollo y estado de salud, por eso hay que poner todos los
medios para que adquieran desde la más tierna infancia buenos hábitos, base de educación nutricional. La importancia de la
adquisición de hábitos no es sólo puntual, sino, que pone las bases para que
cuando sea adulto pueda comer bien y
equilibradamente. Por esta razón, la necesidad de una buena educación en una
alimentación sana y equilibrada.
Problemas más
comunes en la infancia:
· Sólo consumen cierto tipo de alimentos y se niegan con un
miedo casi irracional a la idea de probar o introducir en su dieta otros
alimentos fuera de los acostumbrados. Generalmente las verduras y las frutas
son los alimentos más resistidos.
· Falta de apetito o emplear un tiempo excesivo para comer,
entreteniéndose con cualquier cosa.
· Comer rodeados de juguetes o con muchos entretenimientos
ya que si no, dejan de comer.
· La negación a tomar alimentos sólidos. Solo ingesta alimentos líquidos o triturados.
Para
conseguir hábitos alimenticios correctos es preciso comenzar cuanto antes, teniendo
en cuenta los siguientes aspectos:
- Es conveniente acostumbrar a los niños a un horario de comidas más o menos fijo.
- Hacer descansar al niño antes de las comidas unos minutos, ya que un niño fatigado y excitado por los juegos será difícil que concentre su atención en la comida.
- Procurar no invertir en el hecho de comer un tiempo exagerado. De 30 a 45 minutos sería suficiente. Si en ese tiempo no ha comido, es mejor abandonar la actividad, sin darle alimentos como galletas, yogurt, etc. Hasta la próxima comida.
- Acostumbrarle a diferentes sabores y texturas, introduciendo salados y dulces; calientes y fríos; purés y sólidos...etc.
- Ante la primera negación a comer un alimento nuevo, no pensar que es definitivo, sino volvérselo a ofrecer en otro momento o en menor cantidad, hasta que vaya aceptándolo.
- Comenzar poniendo en el plato pequeñas cantidades de comida, que le den la seguridad de que podrá con ello e incluso le darán ganas de pedir más.
- Reforzar de forma adecuada el hecho de comer solo y mantener las normas básicas de comportamiento en la mesa.
- Si el niño come excesivamente lento y se distrae con facilidad, retiraremos todo aquello que pueda distraerle de la comida, animándole a terminar para poder jugar después.
- Es importante por parte del adulto ofrecer un modelo adecuado, enseñándole a comer de todo y de forma correcta. Un buen truco para motivarle a comer es cuidar la presentación de la comida.
- Aprovechar la hora de comer o cenar para convertirlo en un momento afectivo y de comunicación entre los miembros de la familia.
En el caso que tenga hábitos
inadecuados adquiridos, para modificarlos
podemos seguir las recomendaciones del Doctor Eduard Estivil:
- Se disponen los objetos asociados (sillita, babero, vaso, plato y cubierto) en el lugar en que se ha decido que comerá el niño.
- Si rechaza la comida, se para y se recoge todo.
- Durante los 3 próximos minutos, nos dedicamos a hacer otras cosas (es decir retirada de atención).
- Empieza el segundo intento, que durará unos 4 minutos, aproximadamente. Se procede con todo el ritual de nuevo. Si, transcurrido el tiempo previsto, el niño sigue sin comer bien, se para el proceso y se vuelve a recoger todo.
- Durante los 4 próximos minutos, nos dedicamos a hacer otras cosas.
- Empieza el tercer intento, que durará 5 minutos. Es el último. Si aún se resiste a comer, pasado el tiempo descrito, se para el proceso y se recoge todo. Hasta la próxima comida.
Las recomendaciones anteriores
son las que hace el Dr. Estivill en su libro A comer !: Método Estivill
para enseñar a comer.
Por lo general hay que
tener en cuenta las cosas que NO se deben hacer:
- Obligarle a comer a la fuerza y desesperarnos cada vez que no come.
- Darle comida entre horas, sobre todo si es mal comedor.
- Ofrecerle varias cosas diferentes "por si acaso" y distraerle de distintas maneras mientras se le da la comida.
- Convertir la hora de comer en un suplicio. Si esto ocurre, no dudéis en pedir ayuda a un especialista (Pediatra, Profesora, Psicóloga...), o encargarle a otra persona esta tarea, hasta que os sintáis con fuerza para reemprenderla.
- Dramatizar el hecho de que hay niños que necesitan menor cantidad de comida, o que "en ocasiones" pueden estar más inapetentes, olvidando que son situaciones normales.
La educación es un proceso largo,
por medio del cual el niño o la niña van desarrollando sus capacidades y
adquiriendo habilidades que se deben establecer como “hábitos de conducta”.
Durante este tiempo padres y
educadores deben mantener las acciones educativas y tener PACIENCIA, COMPRENSIÓN Y MUCHA CONSTANCIA.
PACIENCIA.
La paciencia proviene de las palabras paz y ciencia y es: La capacidad
de padecer o soportar algo sin alterarse. La habilidad para hacer cosas pesadas o minuciosas. El saber esperar cuando algo se desea
mucho. Hacer algo con lentitud
para mejorar lo que se hace. El dominio
de uno mismo. La tranquilidad de
esperar en situaciones difíciles, etc.
Por lo tanto, mientras actúa
educando DEBE TENER PACIENCIA. Esperar mientras comprueba los cambios que, poco
a poco, se van a ir observando en las conductas de los niños y las niñas.
COMPRENSIÓN.
Educar con comprensión, requiere que se tenga
siempre presente que los niños no son máquinas, incluso pueden hacer la
conducta inadecuada de nuevo, después de
haberlas hecho bien durante un tiempo. Para
practicar la educación comprensiva se debe mantener con frecuencia estos tipos
de pensamientos como:
Comprendo que no le guste.
Le está costando mucho
Está cansado, irritado…
Que entendamos los motivos que tienen para que se
comporten de una determinada manera no ha de ser motivo para justificarlos, es decir lo entendemos
pero no debemos perder de vista nuestro objetivo. Hay que seguir actuando de
manera sistemática y con un plan. Con el tiempo los resultados serán
excelentes.
CONSTANCIA
La constancia es un arma
imprescindible para educar. Educar no
es tarea fácil, ni aun
siguiendo las pautas y recomendaciones anteriores se solucionará el
problema de un día para otro ni en una semana.
La constancia permite crear pautas de
conducta fuertemente arraigadas, es decir: hábitos.
La constancia es lo que
fortalece nuestra voluntad para continuar en una meta que nos hemos propuesto y
nos ayuda a vencernos a nosotros mismos para no flaquear en lo cotidiano. Así
como la paciencia y la comprensión están dirigidas hacia las personas, la constancia
está dirigida hacia el objetivo, meta o tarea a lograr.
Es de vital importancia el papel que en esta formación tienen los padres
y educadores para que los niños y niñas aprendan que es correcto y que no a la
hora de llevar a cabo una alimentación sana y equilibrada para formarse
saludablemente.
BIBLIOGRAFIA
CONSULTADA:
Cabrezuelo G., Frontera P.,(2007) Enséñame a comer; Hábitos, Pautas
y recetas. Editorial: Edaf.
Domenech M., Estivill E.
(2004) A comer ! : Método Estivil para enseñar a comer. Editorial: Paza
& Janes.
Munte M., (2008) ¡Quiero comer
como los mayores! Editorial Planeta.
Peralbo A., Palmer
C., Cahue M. y Álava S. (2007) Cuentos para comer sin cuentos: ayuda a mejorar los hábitos
alimenticios entre los niños. Editorial: Esfera de los libros.
Immaculada Mestres Morlà Psicòloga
Col·legiada B- 762
infopsicofenix@gmail.com
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Tel. 670335432